
como la “que hace mi mama” y de pronto las comencemos a preparar para cualquier otra oportunidad, como por ejemplo, para la familia durante esos “breaks” cortos que cada rato tenemos en Estados Unidos o para invitados que queramos agasajar con este delicioso manjar tan típico de nuestra amada Venezuela, en fin, hoy Día de Reyes cuando a lo mejor uno que otro se está comiendo su última hayaca de esta temporada aquí estoy yo con una receta fácil y una anécdota digna de contar.
Revisando FB me encontré con un comentario de Lisett González que le decía a una común amiga que se quedaría sin comer la susodicha, porque el cerdo le caía muy mal y que ya después, de que en la última oportunidad que la consumió se vio muy mal no pensaba ni probarla, entonces yo de impulsiva como siempre le escribí que eso no era posible y que las hiciera ella misma sin cerdo, le dije que yo las sabia preparar libre de ese tipo de carne y que si quería le mandaba mi receta. Pues Lisett me respondió: -“Por fa”, mándamela - y Carmela Fuenmayor también clamó por la receta. Pues bien, ahí si se me compuso la cosa y me encontré toda la mañana de un sábado escribiendo detalladamente la receta. Me sentía con la gran responsabilidad de que le quedaran buenísimas.
No se pueden imaginar la satisfacción que me dio saber que todo había culminado felizmente, pero sobre todo y por encima de todo la gran alegría que me ha dado encontrarme con personas como Lisett, quien sin saber a ciencia cierta sobre mis atributos en la cocina confió plenamente en mi, pero esa alegría que sentí no fue por mi, sino por ella, porque cuán gratificante es encontrar a personas como ella, que tienen expectativas positivas ante las oportunidades que se le presentan cada día, que da como resultado, que por muy pequeñas que sean esas cosas, se conviertan en buenos logros y experiencias.
A partir de este encuentro de hayacas, de evitar el cerdo en la receta, de que ella siguió la receta al “pie de la letra” etc., Lisett y yo hemos iniciado una gran amistad que perdurará porque así lo decidimos. Compartimos muchos tesoros en común.
A continuación la receta “al pie de la letra” que le mandé a Lisett. Si se animan a prepararla y tienen alguna duda, todos saben donde encontrarme.
La receta.